Desde principios de año he dejado de leer el periódico. Me informo de lo que me interesa, selecciono lo que sé que no me va amargar el día. Tal y como nos enseñó Elvire Bonduelle en su exposición en la galería Sabrina Amrani, los periódicos se han convertido en el arma perfecta para fustigarnos, es un castigo diario al que nos sometemos para purgar nuestros pecados. A veces pienso que corro el riesgo de convertirme en aquella Mia Farrow de la Gran Depresión en La Rosa Púrpura del Cairo, que utiliza el arte (en ella era el cine) para evadirse de la realidad. ¿Evasión? No, el arte, a diferencia del cine de los años 30,  nos hace pensar y reflexionar sobre la realidad, así que no se trataría de escapismo sino de una herramienta para encontrar formas de pensar y razonar, para creer que otros mundo es posible. 

A pesar de querer esquivar las noticias que me incomodan, no hay semana que no me vea obligada a postear o tuitear alguna noticia relacionada con el cierre de espacios expositivos (Espai Zer01), la falta de presupuesto para cultura o la mala gestión de los recursos que hasta ahora teníamos (tema Canòdrom), en fin, que el látigo de una forma u otra está allí. 

Buscar en lo alternativo me parece la mejor solución para capear la avalancha de malas noticias que nos han venido (y vendrán) en materia de arte y cultura. Cuando hay necesidad se agudiza el ingenio, no habrá museos, no habrá presupuesto para cultura, pero gente con ganas e ideas no faltarán. 

Una de mis alegrías es ver lo que han hecho Paupac Azul para presentar #20Lo que escondo y #21Aeropuertos. Su trabajo, sus paupacs, son como cápsulas de sabiduría, pero no de esa que se aprende en los libros, sino de la que se gana viviendo. Su obra es poesía, es música, un híbrido extraño difícil de definir, probablemente un paupac, que también necesita de la imagen para propagar su mensaje. Me gusta que ese gusto por lo híbrido se haya extendido hacia el espacio donde presentar y exponer su trabajo. Una peluquería, Corta Cabeza en Madrid fue el lugar donde presentar sus nuevos paupacs, acompañados por los cuadros que Nicoläs Villamizar ha hecho para la ocasión. La exposición puede visitarse hasta el próximo 5 de marzo.

Vista de La Cháchara. Foto: http://lachachara.info/espacio-espai/

Que no nos extrañe, que a partir de ahora los espacios que hasta ahora han sido considerados  alternativos acaben siendo la solución a tanta escasez presupuestaria. Ejemplos no faltan, desde espacios como Espacio Menosuno y La Pieza en Madrid o  Homesession, Half House  y La Cháchara en Barcelona, en mi última visita a Milán, por ejemplo,  descubrí una lavandería, Laundry,  que crea una línea de ropa, hace jam sessions y monta exposiciones de artistas emergentes. Vamos, que lo que realmente nos puede sacar de ésta es nuestra capacidad de ser polivalentes.