Visitando la
Frieze el pasado mes de Octubre descubrí la obra de
Ximena Garrido-Lecca, artista peruana afincada en Gran Bretaña, cuyo discurso artístico gira entorno al c
olonialismo político y cultural. Dos instalaciones suyas estaban expuestas en la feria, una de ellas se encontraba en un pequeño apartado de un stand, cuya galería ya no recuerdo, un espacio que conseguía crear cierta intimidad entre el público y la obra expuesta, algo poco habitual en una feria de arte. Unas
pequeñas paredes de ladrillos se alzaban a modo de maquetas arquitectónicas, construyendo lo que me recordó a un extrarradio urbano, un poco como aquellos muros de naves industriales y fábricas
que sirven de soporte para manifiestos varios. A diferencia de los muros del extrarradio que podemos encontrar en una ciudad como Barcelona, aquellos no estaban
hechos de cemento sino de ladrillo, dejando entrever la naturaleza manual y no industrial de su factura.
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Ximena Garrido-Lecca, Paredes de progreso, mentir es costumbre de esclavos, 2011. Foto: http://www.ximenagarridolecca.com |
La segunda de las instalaciones, un solo project para la sección
Frame con
Revolver Galería, era la
reproducción a escala natural de uno de esos muros de ladrillos. Una enorme pared de adobe se alzaba desafiando los límites impuestos por el stand, una pintada con el slogan
Proyecto País recubría su superfície. La cualidad manual que se intuía en la reproducción a pequeña escala de la primera obra se hacía aquí evidente.
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Ximena Garrido-Lecca, Paredes de progreso, Proyecto País, 2011, Frieze Art Fair. Foto: Camilayelarte |
Ximena Garrido-Lecca
confronta en su obra dos mundos que se contraponen en la realidad social y cultural de su país, Perú. Por un lado
el legado indígena, representado por el material utilizado, el ladrillo de adobe, símbolo de un modo de entender la relación del hombre con la naturaleza y el espacio que éste ocupa en ella, y por el otro
el de la globalización, la publicidad y las promesas de cambios a la manera occidental. En esta relación tensa y desequilibrada se construye la identidad cultural del país de orígen de la artista.
En su reivindicación de las raíces indígenas de su país frente a la occidentalización de la cultura, la política y la economía, Garrido-Lecca antepone lo local por encima de lo global, o más bien lo eleva a la misma categoría como elemento definidor de una identidad nacional. La suya es una
estética que surge del cruce y la tensión entre esos dos mundos, nos hace pensar en los efectos del colonialismo no sólo en el aspecto económico sino también cultural.
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