Daniela Ortiz, Recursos Humans en Espai 13

The End is Where We Start From, es el título del ciclo de exposiciones comisariado por Karin Campbell en el Espai 13 de la Fundació Miró para la temporada 2011-2012. Mireia C. Saladrigues inauguró el ciclo pero lamentablemente me lo perdí, ahora le toca el turno a Daniela Ortiz (Lima, 1985) cuyo trabajo, Black round table,  pudimos descubrir hace unos meses en el Nivell Zero de la Fundació Suñol.

Daniela Ortiz, Recursos Humans, 2011. Foto: Camilayelarte
Daniela Ortiz, Recursos Humans, 2011. Foto: Camilayelarte
Si en esa exposición nos mostró la falacia de la utopía moderna, en Recursos Humans nos empuja a cuestionarnos las estructuras sociales y económicas de dos realidades distintas como son la peruana y la española, advirtiendo las implicaciones existentes entre ambas y subvirtiendo el orden establecido en  su relación.
Al entrar en la sala nos encontramos con um montón de restos de lo que nos parecen esculturas en barro. El rastro de la arcilla en la pared nos hace imaginar la acción que previamente ha tenido lugar. A su lado se muestran tendidos unos tapices tejidos a mano, en lugar de imágenes reproducen dos textos cada uno, se trata de los artículos de las Leyes de Índias establecidas por la colonia española en el siglo XVI en Perú y la actual Ley de extranjería. En el pasillo de la sala, tres pantallas muestran a tres hombres llevando a cabo la destrucción de las figuras de barro.

Daniela Ortiz, Recursos Humans, 2011. Foto: Camilayelarte
Daniela Ortiz, Recursos Humans, 2011. Foto: Camilayelarte

Daniela Ortiz, Recursos Humans, 2011. Foto: Camilayelarte
Daniela Ortiz teje un juego de relaciones conceptuales y de sutiles  implicaciones sociales entre estos tres elementos expositivos. Por un lado los tapices nos hablan de la inmigración y el control que el Estado ejerce sobre ella así como sobre del hecho de que las políticas derivadas del colonialismo han condicionado no sólo la relación entre Perú y España sino entre la población indígena de Perú con el resto de sus ciudadanos. Los tapices están tejidos por mujeres indígenas analfabetas cuya condición social deriva del pasado colonialista. La misma política del Gobierno del Perú margina el papel de la población indígena en pro de una imagen más europeizada y occidental e ignora el rol activo que en la economía del país tienen dichos indígenas en la elaboración de los denominados huacos, pequeñas cerámicas de barro que representan cabezas. Este juego de relaciones y referencias se cierra con la destrucción de estas cabezas exportadas desde Perú hasta Barcelona, por la mano de tres hombres españoles en paro contratados ex profeso para la instalación:  un giro de las habituales reglas del juego laboral entre España y Latinoamérica.
Más allá de la reflexión sobre las relaciones entre el hombre  y el trabajo, Recursos Humans nos enseña a leer los objetos más allá de su condición ordinaria, mostrándonos  la política subyacente en toda producción humana, ya sea industrial o artesanal.

Camila y el Arte

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