En los jardines que dan paso al pabellón central de la
Bienal de Venecia, un laberinto de estandartes nos dan la bienvenida y nos
señalan que estamos ante un evento oficial, donde una serie de naciones se han puesto de acuerdo para mostrar, cada una en su pabellón, el arte propio de su país. Ahora bien,
los estandartes no sostienen ninguna bandera y no se erigen de forma mayestática sino que
parecen perder el equilibrio formando una visión más bien caótica que pone en cuestionamiento dicha oficialidad.
Latifa Echakhch, cuestiona los roles identitarios. Sus instalaciones, analizan los códigos que determinan nuestra pertenencia a una identidad concreta,
deconstruye los estereotipos culturales y muestra cuán confuso es dicho concepto en la era de la globalización. Echakhch utiliza el objeto cotidiano, el símbolo cultural o político, arrebatándole su utilidad pero manteniendo su significado: no tenemos las banderas en los estandartes pero sabemos perfectamente qué significado tienen en cuanto símbolo de poder y compromiso nacional.
La referencia a cuestiones políticas y sociales no le resta poesia a sus obras. Estéticamente
próximas al minimalismo, resultan sumamente
sutiles y delicadas. En
Erratum (2004) un conjunto de cristales de tazas de té marroquí yacen esparcidas por el suelo cercanas a la pared contra la que presumiblemente han perdido su existencia, recuerdan y la artista
reconoce su influencia, a las splash pieces de Richard Serra.
En
Principe d'Economie I y Principe d'Economie II, hace
dialogar dos formas de cultura, la marroquí y la francesa, a través del azúcar. Unas
esculturas casi fálicas de azúcar, típicas de Marruecos que las madres utilizan en casa para servir el té a toda la família, se contraponen a los terrones de azúcar de cristal, de uso individual propios de la cultura francesa.
El cuscus o el colorante alimenticio son otros de los materiales que podemos encontrar en las obras de Echakhch. También el lenguaje oficial y administrativo le sirve para poner de relieve las incongruencias del sistema, como por ejemplo el
Certificat de vie, una obra que hace referencia a la carta expedida por el gobierno marroquí como prueba de que una persona existe (mon dieu!)
La artista trabaja según el contexto tal y como vimos el año pasado en su instalación de La Ronda en la Capella del
Macba, donde ya utilizó los estandartes, el colorante para tamizar la luz natural de la capilla y los naipes españoles en un intento de contraponer la tradición marroquí y la española. Actualmente podemos ver en Barcelona otra de sus intervenciones site-specific en la exposición
You are not alone de la
Fundació Miró organizada por la
ArtAids Foundation.
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