Marcel Broodthaers, Caquelon de Moules, 1968. Daled Collection © VG Bild-Kunst. Joan Brossa, Eclipse, 1988. Foto: via FundaciĂł Joan Brossa |
Empezando por las tres letras que componen su
apellido b r o, cuya coincidencia les hubiese servido para algĂșn juego de palabras en el caso de que los caminos de Joan Brossa y
Marcel Broodthaers se hubieran cruzado, los puntos en comĂșn que comparten la obra del
artista catalĂĄn y la del belga son innumerables. Ambos nacen poetas, aunque la adscripciĂłn a una Ășnica disciplina
artĂstica se les quedarĂĄ corta a los dos, al catalĂĄn por encarnar la palabra
multidisciplinar antes de que esta formara parte del vocabulario definitorio de
la prĂĄctica artĂstica, y al belga por decidir en un punto de su carrera dejar
de preguntarse ¿quĂ© cosa es la poesĂa? en favor de la mĂĄs creativa y libre
pregunta ¿quĂ© poesĂa hay en la cosa?
Brossa y Broodthaers, por este mismo orden traspasaron la frontera de la poesĂa, aquĂ©lla que señalĂł el por ambos
admirado Stéphane Mallarmé al decir que
las palabras eran imagen y que ellos acabarĂan completando con la afirmaciĂłn de
que la poesĂa tambiĂ©n podĂa ser objeto. En Broodthaers el encuentro con
Mallarmé vino de la mano de su amigo y mentor René Magritte, quien al igual que
Brossa ya llevaba años jugando con las paradojas de la palabra y los lĂmites de
representaciĂłn del lenguaje y la pintura. Se puede hacer poesĂa con todo, decĂa
Brossa, se puede hacer arte con todo, acabarĂa concluyendo Broodthaers.
A los dos hay que agradecerles su voluntad
democrĂĄtica. La reflexiĂłn irĂłnica y satĂrica que llevaron a cabo en torno al
mundo y la propia prĂĄctica del arte, la realizaron utilizando
un lenguaje que pudiĂ©semos entender todos, desde los sĂmbolos de la cultura
popular, ya sea el plato nacional de su paĂs de origen, los moules en BĂ©lgica, o
la hostia consagrada y el huevo frito de la católica España. Brossa y
Broodthaers hicieron lo mejor que puede llegar a hacer un artista: enseñar a
extrañarse de aquello que a menudo es percibido como ordinario, enseñar a mirar
el mundo como si lo viéramos por primera vez, con ojos nuevos, ampliando sus
posibilidades de interpretaciĂłn y representaciĂłn.
"No olvidemos que original viene de origen"
Eduardo Chillida
:)
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