Menos yates, menos animales disecados y ningún
Brancusi a cangrejo pegado. El décimo aniversario de Frieze se ha celebrado con
contención, dando como resultado una feria mucho menos exhibicionista y provocadora
que en otras ediciones. No sabría comentaros cuál ha sido la obra-reclamo o el
golpe escénico que acapara todas las fotos.
Tal vez lo más icónico de este año en Frieze haya sido la intervención de Thomas Bayrle en el pasillo de acceso, tapizado del suelo a la pared con la imagen publicitaria de unos zapatos de
1967 y las zonas de descanso de la feria
cubiertas por el logo de La vaca que ríe. Ello añadido a que muchas galerías
han apostado por el artista, han provocado que el recuerdo general de la feria
vaya asociado a las super-formas del artista.
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Frieze London, 2012. Foto: Camilayelarte |
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Frieze Projects, Thomas Bayrle en la zona de descanso. Frieze London, 2012. Foto: Camilayelarte |
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Bayrle y Feldmann en el stand de Barbara Weiss. Frieze London, 2012. Foto: Camilayelarte |
Bayrle por ejemplo en el stand de BarbaraWeiss mano a mano con esculturas de Hans Peter Feldmann y Greta Bratescu, o en
versión intervención directa en la pared del stand de Gavin Brown’s Enterprise.
Más teatralidad, que no debemos confundir con espectacularidad, en la propuesta
de Anthony Reynolds Gallery, de la que destaca la doble presencia de Asier
Mendizábal con Tangram #10 y Untitled (Syntagmatic and Paradigmatic).
Más interesante que en ediciones anteriores, Juana de Aizpuru ha presentado con acierto obras de Art&Language y Wolfgang
Tillmans así como el habitual Miroslav Balka, mientras que la otra de las
grandes, Helga de Alvear ha apostado como es habitual en ella en estas
ocasiones, por un solo show dedicado este año a la obra de José Pedro Croft.
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Asier Mendizábal, Galeria Anthony Reynolds. Frieze London, 2012. Foto: Camilayelarte |
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Art&Language y Wolfgang Tillmans en Juana de Aizpuru. Frieze London, 2012. Foto: Camilayelarte |
¿Se hacen sentir las bienales y documentas en
una feria de arte? Sí, se hacen.
Sfeir-Semler con sede en Beirut y Hamburgo, ha aprovechado nombres como Etel Adnan y la muy “bienalera”
Cabaret Crussades de Wael Shawky, aquí
en versión objeto (estamos en feria, por dios) en una vitrina con las
inquietantes marionetas del artista egipcio, algo así como ver a los actores de
una famosa película en vivo y en directo. Interesante el stand de Sfeir porque
ofrece la ocasión de ver arte de Oriente Medio que aunque ya asumido dentro de
los circuitos europeos siempre es algo menos main stream. Las siempre efectistas instalaciones de Geoffrey
Farmer (visto tanto en Estambul como en dOCUMENTA) también se han visto por
Frieze, en concreto en el stand de Casey Kaplan, con obras de pequeño formato con
vistas poco disimuladas a la posibilidad de venta. También nos ha alegrado
volver a ver las persianas de Haegue
Yang que tanto nos gustaron en Kassel en la coreana Kukje Gallery.
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Vista del stand de Sfeir-Semler. Frieze London, 2012. Foto: Camilayelarte |
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Geoffrey Farmer en Casey Kaplan. Frieze London, 2012. Foto: Camilayelarte |
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Haegue Yang en Kukje Gallery. Frieze London, 2012. Foto: Camilayelarte |
Menos es más, por eso tanto la sección Frame
como Focus ofrecen a menudo las mejores sorpresas de la feria. Este es el caso
de
Casas Reigner que ha mostrado el trabajo del colombiano
Bernardo Ortiz,
también visto en la Bienal de Lyon, cuya obra parte de la noción del tiempo abordado desde el
fragmento y el gesto modesto traducido en dibujos y escritura que conforman un
lenguaje visual propio. Ligera y muy poética -algo que se agredece en un
contexto tan prosaico como el de una feria- la obra de
Maria Loboda presentada
por
Maisterravalbuena, así como el trabajo de
Xavier Antin para la galería Crèvecoeur.
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Bernardo Ortiz en Casas Reigner. Frieze London, 2012. Foto: Camilayelarte |
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Maria Loboda en Maisterravalbuena. Frieze London, 2012. Foto: Camilayelarte |
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Xavier Antin en Galerie Crèvecoeur. Frieze London, 2012. Foto: Camilayelarte |
De gestos mínimos y contenidos también se ha
contagiado Frieze Projects, que más allá de de Bayrle ha presentado un proyecto
de Joanna Rajkowska incorpóreo como el humo y nunca mejor dicho, en el césped de
Regent’s Park, unos círculos con incienso levantaban el humo del suelo invitando
a la contemplación y al vacío de la mente y el alma, un final perfecto para
paliar el exceso visual que sobreviene tras visitar una feria.
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