Surreal versus Surrealismo, o Modernidad versus Postmodernismo.  La exposición comisariada por Gianni Mercurio y Demetrio Paparoni en el IVAM trata de contraponer por primera vez a nivel crítico dos conceptos que lejos de ser contrapuestos nacen de la misma idea: aquello que está fuera de la realidad, que es mágico, fantasioso y onírico.

Vista de la exposición con Monica Bonvicini en primer término

Matthew Barney, Cremaster 4: Loughton Manual, 1994.

Si bien las teorías del psicoanálisis y del inconsciente condicionaron la aparición del Surrealismo como uno de los movimientos artísticos determinantes del siglo XX, convirtiendo los sueños y la fantasía en el material con el que crear la obra de arte, el Postmodernismo con su naturaleza híbrida y fracturada y  apropiándose del lenguaje de los medios de comunicación y las nuevas tecnologías, nos ofrece lo que de fantasioso y aparentemente imposible puede contener la realidad. Es decir, que si el Surrealismo es sueño convertido en arte, el Postmodernismo es la realidad elevada a la categoría de sueño.

Maurizio Cattelan, Charlie don't surf, 1997

Tony Oursler, Head with tools, 2009. Foto: Camilayelarte

La exposición está estructurada en cuatro secciones organizadas de forma cronológica, con obras que van desde finales de los ochenta hasta el 2010-11, tratando de alcanzar un ritmo in crescendo que si bien gana en la aparente espectacularidad de las instalaciones, va perdiendo fuerza en cuanto al discurso crítico. Lo surreal va perdiendo fuelle a medida que nos encontramos con unas obras que no consiguen trazar un diálogo entre ellas lo suficientemente convincente.

Marc Quinn

Carsten Höller, Reindeer, 2008.

Si otra de las pretensiones de la exposición es la de poner en muestra la obra de aquéllos artistas contemporáneos que todavía beben de ciertos postulados surrealistas en contraposición con aquéllos que adoptan el lenguaje de los mass media creando esa surrealidad que no es surrealista, me temo que tampoco he sabido percibirla.

Wang Qingsong, Follow him, 2010

Rudi Mantofani y  Zhang Xiaogang

Mucha selección de artista postmoderno como Matthew Barney o Robert Gober junto con artistas asiáticos pero con obras que no han sabido tejer un discurso que a priori prometía, ni siquiera el reno verde de Carsten Höller consigue conectar con la fantasía que caracteriza a las creaciones del artista. Se sale de la exposición con la esperanza de dejar atrás el pasado más reciente y preguntarse ¿vale pero y después del postmodernismo qué?