Sislej Xhafa en el MADRE de Nápoles


Una sábana enorme a modo de pancarta se erige en la entrada del MADRE, el Museo de Arte Contemporáneo de Nápoles. Sensiblizada como estoy ultimamente a detectar símbolos de indignación allá donde voy, enseguida pienso en que tal vez el movimiento de los indignados haya llegado a la capital Partenopea, pero de pronto me asalta la duda, la exposición que acoge el Museo estos días es del artista kosovar Sislej Xhafa, cuya obra utiliza  la performance y los símbolos de lucha social como formas de expresión artística, por lo tanto bien podría ser que la enorme pancarta que pende del palacio Donna Regina no sea otra cosa que una de sus intervenciones sobre el espacio expositivo.

Vista de la entrada del museo MADRE en Nápoles. Foto: Camilayelarte

Que una ciudad extrema en sus conflictos, su carácter y su belleza como Nápoles acoja una exposición de un artista como Sislej Xhafa parece a priori interesante. Xhafa utiliza el Sistema como lenguaje artístico, la política, la economía y los conflictos sociales son la paleta mediante la cual construye sus obras, a menudo instalaciones de carácter minimalista o bien performances donde el artista busca cuestionar la realidad construida por ese Sistema.

Sislej Xhafa, Barka, 2011, Foto: MADRE

Una de las obras de la exposición que muestran esta capacidad de subversión a través del uso del lenguaje oficial de ciertos sectores de la sociedad, es la performance en la que Xhafa se planta en la estación de tren de Ljubljana y a modo de broker de Wall Street utiliza los gestos y la entonación de éstos para anunciar la salida de los próximos trenes ante la atónita mirada de los usuarios que evidentemente no entienden nada. Con ello Xhafa muestra lo absurdo de ciertos códigos establecidos por el Sistema, en este caso por el económico y su diosa, la Bolsa.

Sislej Xhafa, Stock Exchange, 2000. Performance en la estación de tren de Ljubljana. Foto: Renaissance Society
La inmigración, la identidad cultural y la tensión que se establece con lo oficial son los temas que van apareciendo a lo largo de la exposición. Una patera construida con zapatos o los restos de la basura producida durante el día por los trabajadores del MADRE, son el resultado de esta tensión.
En algunos casos ciertas instalaciones dan la sensación de estar un poco cogidas con pinzas (no se si esta expresión es una catalanada mía o no), sobretodo por el hecho de que cada intervención va acompañada por una explicación sobre la pared demasiado justificativa aunque necesaria para guiar al visitante en el significado de gestos tan mínimos como el de un sujetador colgado en la pared.

Sislej Xhafa, Still Untitled, 2003. Foto: MADRE
Sislej Xhafa, Selfportrait, 2003. Foto: MADRE

El consabido ¿pero esto es arte? asalta en algún que otro momento, dudando de si nos están tomando el pelo o no. Probablemente sea así y Sislej Xhafa nos tome un poco el pelo, del mismo modo que lo hace el Sistema, aunque este quede impune ante sus faltas. Xhafa nos demuestra cómo el arte se puede colar en las cuestiones que más directamente nos afectan, apostando por un rol activo de éste, una forma más de hacer visible lo invisible a través del arte.
Y no, la pancarta de la entrada no es una intervención de Xhafa sino un grito de indignación de unos trabajadores hartos de que el Sistema abuse de ellos, aunque pensándolo bien ¿habría alguna diferencia si fuera el artista quien hubiera colgado la pancarta?


Lo mejor: El aire duchampiano y fluxus que rezuman las instalaciones de la exposición.

Lo peor: El texto que acompaña las obras, demasiado explicativo y filosófico, le quita espontaneidad a la obra.

Still Untitled. Sislej Xhafa hasta el 12 de septiembre de 2011 en el Museo MADRE de Nápoles.

Camila y el Arte

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