El amor es camino de conocimiento
Teresa de Ávila
Poeta, filósofo, inventor, místico y cinemista, estos son algunos de los adjetivos que definen la vida y obra de José Val del Omar (Granada, 1902 - Madrid, 1982). Se trata de una figura irrepetible y a su vez marginal de la historia del cine y del arte español, la exposición Desbordamiento de Val del Omar en el Palau de la Virreina nos da la oportunidad de conocer su obra y comprender el alcance de un legado artístico único.
La historia de la cinematografia española no ha sido muy dada a experimentalismos y en cuanto se refiere a la genialidad de Luis Buñuel, siempre me he preguntado si verdaderamente debemos considerar su obra como española, puesto que gran parte de sus películas fueron rodadas en Méjico y Francia.
José Val del Omar comenzó su carrera dentro del medio cinematográfico, pero tras visitar la exposición de la Virreina uno se da cuenta de que no se trata de cine, sino de algo más, algo que trasciende el alcance que el séptimo arte ha venido desarrollando desde su nacimiento. A Val del Omar el cine se le quedaba pequeño, expresó y comunicó a través de imágenes fílmicas pero su poesía y su mensaje alcanzaban cotas cercanas a lo místico.
La experiencia de visitar Desbordamiento es reveladora y a la vez frustrante, porque a través de la figura de Val del Omar nos muestra la triste historia de España y su cultura, el camino truncado hacia la experimentación, la vanguardia y el progreso por culpa de 39 años de dictadura franquista. Es una muestra de lo que podría haber sido y no pudo ser.
Cartel de las Misiones pedagógicas, 1932-1936, Foto: Camilayelarte |
José Val del Omar, Imagen de los niños mirando el cine por primera vez, Foto: Camilayelarte desde RTVE |
José Val del Omar, Imagen de los niños mirando el cine por primera vez, Foto: Camilayelarte desde RTVE |
La primera parte de la exposición arranca des de la utopía del papel del arte en la sociedad, a través de la labor que Val del Omar desarrolló como voluntario de las Misiones pedagógicas de la República, cuya finalidad era la de llevar el conocimiento y la cultura a quellas zonas más humildes de España . Un país analfabeto pero con cultura de sangre que diría Lorca. Val del Omar intervino tomando fotos y rodando documentales. Son preciosas las fotografías que muestran las caras ilusionadas de la gente que por primera vez ve el milagro del cine en una pantalla.
José Val del Omar, Aguaespejo granadino, 1953-55, Foto: MNCARS |
José Val del Omar, Aguaespejo granadino, 1953-55, Foto: MNCARS |
De hecho la obra del artista granadino parte del convencimiento de que el arte, en su caso el cine, debe elevar al individuo hacia algo más trascendental, mostrar el conocimiento oculto a través de la imagen filmada. Esta voluntad de trascender los límites del propio cine lo llevaron a inventar nuevas técnicas de filmación, de uso del sonido y de la fotografía para crear experiencias multi-sensoriales. La obra que mejor expresa esta concepción suya del medio cinematográfico es Tríptico Elemental de España, formada por tres documentales líricos, Aguaespejo granadino (1953-55) Fuego en Castilla (1958-60) y Acariño Galaico (1961-1995). En ellas Val del Omar pone en práctica técnicas como la Táctilvisión, una iluminación intermitente que pretende crear una sensación de tridimensionalidad de la imagen fílmica.
José Val del Omar, Fuego en Castilla (1956-59), Foto: Camilayelarte desde Youtube |
Las imágenes de estos poemas fílmicos se desbordan literalmente de la pantalla, rompen con los límites de la pantalla de cine, tal y como unos años más tarde las experiencias objetuales y minimalistas de los sesenta romperán con el marco pictórico. La suya es una forma de experimentación a través de las proyeccioens visuales. La poesía de Teresa de Ávila y San Juan de la Cruz están presentes en la narración de las sensaciones (no de la historia, puesto que no la hay) que provocan los fotogramas de las películas.
José Val del Omar, Enoscope, proyector de transparencias, Foto: Camilayelarte |
José Val del Omar, transparencias para ser proyectadas. Foto: Camilayelarte |
José Val del Omar, transparencia para ser proyectadas. Foto: Camilayelarte |
Debemos considerar la obra de José Val del Omar como el puente de unión entre las vanguardias artísticas de los años veinte y treinta y el experimetalismo conceptual de los setenta y ochenta en España. Durante cuarenta años la suya fue la labor de un visionario solitario, que en un contexto totalmente desfavorable desarrolló una obra sorpredentemente avanzada, precursora del videoarte y de lo conceptual. Figura a reivindicar para reconstruir el triste pasado del arte español.
La muerte es sólo una palabra
que queda atrás cuando se ama
El que ama arde
y el que arde vuela a la velocidad de la luz
porque amar es ser lo que se ama
San Pablo. Última frase de Fuego en Castilla
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