Natascha Sadr Haghighian ¿Por qué hago lo que hago?

Cuando me documento sobre un artista siempre intento buscar entrevistas, vídeos o textos escritos por ellos mismos, es la única fuente que me convence y ayuda a entender su trabajo, ni críticos ni comisarios, nada como las palabras de un artista para comunicar el qué y el cómo.
Esto mismo es lo que hizo ayer por la tarde Natascha Sadr Haghighian en el MACBA, en una conversación con Soledad Gutiérrez (Directora de Exposiciones Temporales) y con el público allí presente, nos explicó por qué hace lo que hace, a través de su instalación De paso en La Capella. Escuchándola hablar me di cuenta de hasta qué punto el arte es política y puede llegar a ser una herramienta de análisis de las estructuras que conforman el sistema.

 Soledad Gutierrez y Natascha Sadr Haghighian . Foto: Camilayelarte

Natascha hace lo que hace porque reacciona ante aquello con lo que se encuentra, los mensajes contenidos en nuestra vida cotidiana que a menudo escapan a nuestra lectura, no lo hacen ante la mirada de alguien como ella que hace del pensamiento deductivo una forma de comprensión y de comunicación con el mundo. 
Para ilustrar esta metodología suya basada en la múltiple conexión de realidades, Natascha empezó explicándonos cómo esa misma mañana había tratado de visitar la exposición en La Capella con sus padres y que esto no había sido posible porque La Capella se encontraba cerrada debido a la celebración de un evento por parte de una empresa alemana que años atrás había estado implicada en un escándalo con el canciller Helmut Kohl por la venta de unos tanques a Arabia Saudí de los cuales había sacado un beneficio ilícito. Pocos meses atrás la actual canciller Angela Merkel también se planteó la venta de otros tanques a Arabia Saudí, sin importar el uso que contra la sociedad civil pudiera ejercer dicho país.

Soledad Gutierrez y Natascha Sadr Haghighian . Foto: Camilayelarte



Esto que escaparía a la percepción de cualquiera, son los mensajes con los que Natascha Sadr Haghighian trabaja y construye una lectura consciente del mundo en el que vivimos. Destapa las múltiples conexiones que existen en un sistema democrático como el nuestro que está basado en el consumo. Ante su obra se le olvida a uno de que estemos hablando de arte, de pronto la palabra suena de lo más banal. En sus instalaciones hay objetos, sí, sonidos y lenguaje pero huyen de toda voluntad representativa, se representan a sí mismos y a toda la carga histórica y de múltiples significados que encierran. Poca broma.
Fijaos si es tal la voluntad de huir de la representación que la artista renuncia a la representación de sí misma a través de un elemento tan aparentemente banal como el Currículum Vitae. Con su proyecto Bioswop, nos propone una plataforma donde insertar nuestro currículum, no para crear una red al estilo Linkedin sino para poder robar el CV de cualquier persona y presentarlo como propio. Me gusta ver que todo se puede cuestionar, incluso el afán por vendernos a nosotros mismos convirtiendo nuestra identidad en otro bien de consumo más.

Camila y el Arte

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