Esta es una exposición compleja, de las que hay que visitar dos veces o bien no visitar. Yo la he visitado sólo una vez, y si bien no es de esas exposiciones donde tengo muy claro que he visto obras de artistas que me han gustado, sí es cierto que me ha interesado y mucho el concepto del que parte.

En líneas generales la exposición acoge la obra de 62 artistas, mostrando obras realizadas en la Europa del este entre 1961 y 1986. 

Dichos artistas están divididos en siete grupos, siete narrativas temáticas dentro del recorrido expositivo: el body art y la performance; acciones de arte grupal o colectivo; arte en el espacio público de fuerte carga política y antiinstitucional; poesia visual y concreta; happenings y rituales en un contexto social concreto; Cine y fotografía como estudio del lenguaje mediático; el arte como herramienta para el cambio político a finales de los ochenta.

Tonislav Gotovac, Showing Elle magazine, 1962

Zdenka Badovinac, comisaria de la exposición ha realizado una seleccción de las obras de la colección  Arteast 2000+  de la Moderna Galerija de Ljubljana con el fin de mostrar una serie de artistas que trabajaron en un contexto que carecía de un sitema artístico. Qué se entiende por sistema artístico? Pues la existencia de un proceso activo de historización del arte, de análisis de las condiciones políticas y sociales que hacen posible y condicionan el arte que se genera en un lugar determinado. Podríamos decir que hasta hace pocos años el arte de vanguardia realizado en los países socialistas no ha disfrutado de dicho proceso de historización, ni de presencia en museos o colecciones ni nada de nada.

Julije Knifer, Meander 2, 1960.

Vista de la exposición. Foto: Camilayelarte

A pesar de lo denso que suena este trasfondo ideológico y de que el resultado expositivo también lo sea me ha gustado mucho conocer la iniciativa de La Internacional, una organización interinstitucional formada por cinco museos europeos: la Moderna Galerija de Ljubljana, la Julius Kóller Society en Bratislava, MACBA, Van Abbemuseum de Eindhoven y el Museum Van Hedendaagse Kunst en Antwerp. La finalidad de La Internacional es la de generar nuevas formas de estudio y de narrativas que expliquen el arte y sus procesos desde contextos locales en contraposición a las corrientes dominantes de la historia del arte. Se pretende, y esta exposición es una muestra de ello, crear nuevas perspectivas de conocimiento, transformar el rol del museo más allá de su carácter representativo, en un laboratorio de generación de nuevas metodologías de análisis del arte.

Neue Slowenische Kunst

La teoría es muy bonita, pero francamente, el resultado expositivo es bastante aburrido y denso. En el post de ayer  comentaba que Duchamp criticaba la falta del perfume original en las obras expuestas en los museos, como nueces secas privadas del sentido original que les dió vida. Pues esta es un poco la sensación que me dieron las obras expuestas. Tal vez en los vídeos de las performance y del body art esto sea todavía más evidente, la obra aparece como muy alejada en el tiempo, enlatada. También es cierto que una exposición de estas características es de difícil puesta en escena, pero...

Stanislav Drozdz, Okolo, 1971. Foto: Camilayelarte

Aún así le puse buena voluntad y algún que otro artista que me era totalmente desconocido me llamó la atención. Por afinidad estética la parte que más me gustó fue la dedicada a la poesia concreta, en particular la obra de Stanislav Drozdz, un artista cuya base para sus obras son textos cortos que transforma en imágenes gracias a la forma de situarlas en el espacio.

Stanislaw Drozdz, Miedzy, 2005.

Descubrir el ritmo monótono y contemplativo de las pinturas reduccionistas de Julije Knifer, miembro del frupo Gorgona (1958-1966) fue otro de los motivos por los cuales recordaré esta exposición.
Ya que dura hasta el 2 de octubre creo que será conveniente visitarla de nuevo, no sea que la aparente frialdad se deba a mi desconocimiento total del tema.



Lo mejor: el querer salir del mainstream de las narrativas artísticas. Que verdaderamente es un intento de abordar el arte de la Europa del este desde su contexto social y político. Que plantea cuestiones sobre el sistema del arte (creación de colecciones, presencia de según que discursos artísticos en museos...)

Lo peor: el resultado es frío y denso.