Comenta Martí Manen en Salir de la exposición (si es que alguna vez habíamos entrado) que cuando el público acude a una muestra, aquello que desea encontrar son códigos reconocibles, identificar lo que se le está proponiendo.
La obra de Diego Pujal (Buenos Aires, 1971) responde a esta primera urgencia del espectador cuando se enfrenta a una obra de arte. Sus pinturas de fondo monócromatico habitadas por extrañas formas permanecen en la memoria del que las mira, provocando la tranquilidad ilusoria, una vez volvemos a encontrarlas por el camino, de creer reconocer lo que estamos viendo, creer, no saber, porque en la obra de Pujal reconocemos los signos pero no así su significado. Enigmas que no buscan ser descifrados, porque es allí, en la indefinición donde adquieren su razón de ser.
“Gramas” es el título de tu nueva exposición en la Galería Fidel Balaguer, ¿a qué hace referencia la palabra “grama”?
La obra de Diego Pujal (Buenos Aires, 1971) responde a esta primera urgencia del espectador cuando se enfrenta a una obra de arte. Sus pinturas de fondo monócromatico habitadas por extrañas formas permanecen en la memoria del que las mira, provocando la tranquilidad ilusoria, una vez volvemos a encontrarlas por el camino, de creer reconocer lo que estamos viendo, creer, no saber, porque en la obra de Pujal reconocemos los signos pero no así su significado. Enigmas que no buscan ser descifrados, porque es allí, en la indefinición donde adquieren su razón de ser.
“Gramas” es el título de tu nueva exposición en la Galería Fidel Balaguer, ¿a qué hace referencia la palabra “grama”?
Gramas viene de términos
como pictograma, logograma o ideograma. No existe en español como tal. Es solo
remarcar lo que esos términos tienen en común, terminologías compuestas por el
gramma griego, que es algo así como una letra o un gráfico, pero sin llegar a precisar más. Es un poco la
idea de mantener en su inicio o a medio camino la relación que se establece
entre signo y escritura o entre pintura y escritura. En trabajos míos
anteriores siempre he tenido la dificultad de ponerles título, ya que mi
trabajo está en un punto de no definición, que inquieta, no se sabe que es y no
lo puedes definir. Poner un título o una definición era limitarlo otra vez, lo
que intentaba antes era crear una correspondencia por medio de neologismos.
Pero creo que “grama” es una palabra que no limita. Es complicado explicar mi
obra intentando no meterse mucho en el mundo del lenguaje, lo mío es pintura y
yo hablo de pintura, ¿pero cómo puedes referirte a ella sin limitarla?
Pero en el momento en el que pensamos, eso ya es lenguaje.
Bueno eso es discutible,
pero hay un punto en dónde pasa algo sin que el lenguaje forme parte de ello,
que se procesa con elementos que no son narrativos, que pueden ser visuales. Me
gusta ese punto de no definición.
Vista de la exposición. Diego Pujal, Gramas, Galería Fidel Balaguer, 2012. Barcelona. Foto: Camilayelarte |
Vista de la exposición. Diego Pujal, Gramas, Galería Fidel Balaguer, 2012. Barcelona. Foto: Camilayelarte |
Volviendo a los títulos, una de las series que presentas en la galería es “gramas de un gólem” ¿en qué sentido te interesa la leyenda del gólem?
El gólem es un ser mítico de
barro que proviene de la tradición cabalista judía. Los cabalistas buscaban el
conocimiento a través de las sagradas escrituras, entendían que en ellas se
encuentra codificado el poder de la creación. Investigándolas llegaron a
conocer ese poder, y consiguieron crear
al gólem por medio de la palabra. Lo que me gustaba de la idea es que el gólem
a pesar de estar hecho desde la palabra
no puede hablar y no entiende bien lo que le dicen. Yo me identifico mucho con
ese gólem. Y a pesar de parecer paradójico me interesaba porque habla un poco
de la idea de hacer obra desde una posición ajena al lenguaje verbal, como es
el caso de la pintura, a la que yo no le veo una función narrativa.
Tu trabajo se concentra entonces en la exploración de los propios códigos
de la pintura
Sí, yo me centro en lo críptico
de la pintura. El plano en pintura es también como una trampa, se trata de una
cuestión en la que se genera una sensación de espacio que es engañosa en el
buen sentido. Antes hacía más hincapié en el color para generar unas
vibraciones y unos procesos que sucedían en la tela, en cambio ahora hay un
cambio, ahora predomina el negro. El uso del negro remarca esto, hacer una
incisión con él y a la misma vez hacer un plano, que no tiene volumen ni
perspectiva, por ahí van estos trabajos, transitan por el tema de la incisión
que no es incisión, de una anotación que no significa nada y de muchas cosas,
pero cuando te echas para atrás, ves que hay algo que remueve y que trabaja.
La pintura tiene la virtud
de que en el momento en que la completas, todo
sucede en la propia tela, no hay un desarrollo
temporal y es lo que yo intento reforzar constantemente, aquello que tiene que
ver con la pintura y con el plano y con toda esa cuestión.
Vista de la exposición. Diego Pujal, Gramas, Galería Fidel Balaguer, 2012. Barcelona. Foto: Camilayelarte |
¿A nivel técnico que proceso sigues?
Dibujo
mucho antes sobre papel, hay algo que voy trabajando y desarrollando y ese algo
va evolucionando, puedo ayudarme del ordenador también y cuando creo que es el
momento lo paso a la tela y sigo desde allí.
¿Cómo ha evolucionado tu trabajo, siempre has
partido de este planteamiento?
Es un proceso lento, pero si
que desde un principio estuve tratando el concepto del plano y la bidimensión y
he llegado hasta aquí con un trabajo de evolución, de aprendizaje y también a
través de la equivocación, pero desde el
comienzo trabajo alrededor de la relación plano y pintura.
Curiosamente hay dos muy
importantes que no son pintores, Richard Deacon y Jorge Luis Borges. De Deacon
vi una exposición en Buenos Aires que me marcó, fue una apertura, una liberación.
La constatación de lo que hay fuera del lenguaje verbal. De Borges me
interesa su intemporalidad, la idea de
la literatura como un ente libre del paso del tiempo, me fascina como trata la
idea de que todos somos el mismo, él se interesó mucho por la cábala y por el gólem.
Entre los pintores, me formé viendo a los argentinos Xul Solar, Victor Magariños
D., a los madí...
¿Cuál ha sido tu recorrido desde que llegaste a Barcelona?
Llegué hace ya unos diez años,
estuve dos en Hangar, es un espacio que está muy bien porque te da la
posibilidad de interactuar con otros artistas y crear diálogo y ese intercambio
te enriquece mucho. También estuve en la Escocesa pero poquito tiempo.
Actualmente dispongo de un taller en Piramidón. Es vital y casi imprescindible
para un pintor el hecho de disponer de un espacio para su obra, para su creación
e incluso para algo tan simple como su almacenamiento.
En Barcelona hay mucha tradición hacia el arte conceptual, pero da la
sensación que hay muy poca pintura expuesta en las galerías, ¿cómo ves el mundo
de la pintura?
Hay muchos pintores, más de
lo que parece, pero también es verdad que tenemos mucha menos visibilidad.
Tampoco lo veo tan mal porque al fin y al cabo las cosas no se pueden forzar,
son procesos que van sucediendo.
Diego Pujal, Gramas
hasta el 24/11/2012
Galería Fidel Balaguer
Consell de Cent, 315, entl. 2a (mapa)
+34 93 487 41 99
galeria@galeriafidelbalaguer.com
www.galeriafidelbalaguer.com
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