Jack Davidson en su estudio. Barcelona, 2012. Foto: Camilayelarte |
¿Cuándo empezaste tu carrera como pintor?
Empecé
formándome en Escocia, en la escuela de Bellas Artes de Aberdeen, de hecho recuerdo el olor
del primer día que llegué allí, del
aceite y la pintura y de la atracción que sentía por ese mundo, desde entonces
he sido pintor.
¿Cómo era el contexto artístico en la Escocia de finales de los setenta?
Era todo muy tradicional, nunca vino ningún
artista de fuera a visitarnos o a explicarnos qué se hacía en el extranjero, a
finales de los setenta no había las posibilidades de ahora, no existía
Internet. A nivel pictórico predominaba lo formal, tuve que luchar para poder
exponer abstracción en ese contexto. La
biblioteca, por ejemplo, estaba llena de libros con imágenes pero no de teoría
del arte o de filosofía en torno a la práctica artística.
Sí, de Escocia me fui a vivir a Londres, a
una fábrica ocupada de dos plantas donde vivían amigos míos que estudiaban Bellas Artes en la ciudad y que a
diferencia de mí tenían una gran habilidad para hablar sobre su obra. En cambio
yo, por mi formación, creía que un artista debía pintar y punto, así que me
sentía un poco payaso y payés. Trabajaba en tiendas de discos de segunda mano y
tocaba en grupos de música, de hecho siempre pinto escuchando música.
¿Cuándo decidiste ir a Nueva York?
El primer viaje lo hice en 1983, estuve
buscando trabajo para quedarme pero
no lo encontré. Finalmente en 1986 me
fui allí sin dinero, ni papeles ni trabajo ni nada, con dos maletas para vivir
una gran aventura aunque si lo miro con distancia fue una decisión bastante
imprudente. Al cabo de cuatro semanas encontré trabajo como transportista de
arte, trabajando con artistas que estaban en la misma situación.
Estamos hablando del Nueva York de los
ochenta, del boom de la pintura y del auge de las galerías.
Sí, era un Nueva York donde todavía era
posible encontrar pisos y lofts bastante baratos. Llegué allí queriéndome
empapar de todo y formarme. Todo era postconceptual, postmoderno, había mucha
presencia del discurso teórico en torno a la creación artística y yo no sabía cómo
entrar en él, me sentía inseguro por la formación que había recibido. Todavía
no había desarrollado mi propia voz para hablar sobre arte. Acabé viviendo 15
años en Nueva York.
¿Qué diferencias encontraste
entre el sistema artístico de Londres y el de Nueva York?
Londres todavía era cerrado en ese momento. Para poder ir a
una inauguración tenías que ir con
invitación. En Nueva York, en cambio, tras la primera semana de trabajo como
transportista mi jefe me preguntó qué
hacía después del trabajo. Yo tenía miedo de que me propusiera ir a tomar algo
porque no tenía dinero para pagar nada, así que le puse una excusa, tenía una cena con amigos. Me contestó que
era una pena porque tenía un amigo que quería mostrar su nuevo trabajo en el
estudio. Yo le pregunté quién era ese
amigo al que se refería. Bueno- me contestó. Es Robert Rauschenberg.
Evidentemente cancelé la cena y me fui para allí. Tras cinco semanas en Nueva
York finalmente pude charlar con Robert Rauschenberg sobre su obra de forma
natural y distendida, algo que en Londres hubiese sido impensable. Con artistas
ya consagrados el tú a tú era imposible. En Nueva York existía un sistema
democrático por contraste con el de Europa, no había elitismo a ese nivel.
¿De qué modo han condicionado tu obra los lugares
en los que has vivido?
¿Si la ciudad transforma el trabajo? No
sabría qué decir, acepto que es así pero no de una forma consciente. La verdad
es que tengo amigos americanos que cuando ven mi obra me dicen que los colores
son “muy de Barcelona”, y en realidad esto no es así, la pintura catalana es
por tradición más oscura, con colores orgánicos, de la terra, y los míos son muy artificiales. En Nueva York mi pintura era más caótica, yo los llamaba dibujos con
pintura, creaban un caos, ahora en cambio son más calmados. Pero no veo una
evolución ligada al lugar en el que me encuentro.
No tienes muy presente el contexto
Yo diría que no reacciono de
forma tan rápida. No se produce por un proceso muy consciente.
Vista de las obras. Foto: Camilayelarte |
¿Aun así el
estudio es un espacio importante en la gestación de tu obra?
Sí, he pasado por muchos estudios y me
considero un pintor de estudio, entiendo que actualmente hay artistas que van
de residencia en residencia por el mundo, tal vez su estudio es el ordenador
pero yo necesito la constancia de estar aquí. Creo que mucha gente decide ser pintor porque le
gusta estar solo, como excusa para su aislamiento.
Pero el arte es comunicar, ¿piensas en el
público que va a recibir la obra?
No, realmente no. El trabajo que hago ahora viene de estímulos
externos, de cosas que veo y fotografío
con el móvil. Antes trabajaba en serie y a través de un proceso más interno y
cuando terminaba las series encontraba ese momento de finalización como algo
muy estresante, me enfrentaba al y
después qué, y eso me angustiaba. Ahora no pienso previamente en lo que voy hacer, el de ahora es un proceso
mucho más libre y abierto. Desde luego existe el miedo a que la gente no vea la
coherencia en las obras.
Sí, existe coherencia pero sin un concepto fijo
previo
Cuando trabajas en serie y necesitas cambiar
algo en la línea que estás siguiendo debes hacerlo señalándolo en cuatro
cuadros previos, y este sistema no me parecía demasiado contemporáneo, sino más
bien propio del arte moderno. La
abstracción no es para mí expresar lo que yo siento dentro y vomitarlo dentro
la tela, es otra cosa, es cómo reacciono yo al mundo, a sus influjos.
Detalle del estudio. Foto: Camilayelarte |
Hablemos del
espacio expositivo que has abierto en Barcelona, aquí en tu propio piso y
estudio, JiM contemporani, ¿cómo surge la idea?
Abrimos en abril del año pasado, motivado
porque estaba harto de oírme a mí mismo quejarme sobre lo que no veía expuesto
en Barcelona, así que siguiendo el estilo totalmente punk de mi generación
basado en el Do it Yourself, decidí
abrir un espacio en mi casa dedicado a exponer arte. Es un piso de 300m2
perfectamente situado, que a la vez me ha abierto muchas puertas para conocer a
gente en Barcelona, o sitios como etHALL o Homesession que no conocía. Desde
que hemos abierto y gracias a Facebook hemos entrado en contacto con otros
espacios de este estilo a nivel europeo, estamos empezando a recibir
propuestas, de momento ya tenemos suficientes artistas en nuestro programa,
pero es un signo del interés que está suscitando.
¿Para cuando la
próxima exposición?
La próxima exposición será en enero de 2013 con Rubén Verdú y Fritz Welch, porque estoy preparando una exposición mía en Nueva York y
tenemos dificultades para encajar el
calendario.
¿Qué artistas
destacarías de los que has conocido en Barcelona?
Guillermo Pfaff, por ejemplo, estuvo
exponiendo aquí hace unos meses y me ha abierto a artistas de otra generación
con los que conecto más que con la mía propia. En Cataluña la herencia del arte conceptual está muy presente, hay poca pintura y por lo tanto poca tradición de hablar sobre ella, aunque las nuevas generaciones empiezan a recuperarla. No veo la pintura como un arte separado de
las demás disciplinas, la concibo dentro una visión interdisciplinar, a menudo los que hacen vídeo o
instalaciones no miran la pintura, no saben mirarla. Yo hago pintura pero sin
excluir todo lo demás. La generación a
la que pertenecen Guillermo o Rasmus Nilausen, que estuvo hace poco en La Capella , ha viajado más y ha visto más cosas. Esta es mi
teoría, yo creo que son más abiertos y por lo tanto es más fácil conectar con
ellos.
JiM Contemporani
Rambla Catalunya, 43
https://www.facebook.com/JimContemporani
JiM Contemporani
Rambla Catalunya, 43
659 21 96 66 |
jimcontemporani@gmail.com |
No hay comentarios:
Publicar un comentario