Estética CSI en el display y en la banda sonora para una exposición que muestra las posibilidades de lo virtual en el terreno de las exposiciones de arte. Gallery of Lost Art, organizada por la Tate y Channel 4 y comisariada por Jennifer Mundy apuesta por explicar la historia del arte desde las ausencias.
Es una exposición de archivo, es decir, de aquellas exposiciones que se basan en un trabajo de investigación exclusivamente documental y que a nivel formal los museos suelen resolver instalando unas mesas-vitrina donde exponer el material de archivo recuperado. Por regla general son exposiciones algo aburridas e incómodas de visitar que verdaderamente tienen que apasionar para poder enganchar a un público potencial. La virtualidad de Gallery of Lost Art solventa este obstáculo sin más, desde el sofá de casa y a golpe de click se convierte en una exposición que crea adicción y que consigue lo que pocos museos logran y todos buscan: fidelizar a su público.
Vista de la exposición virtual Gallery of Lost Art. Foto: http://galleryoflostart.com/ |
Partiendo de una estética bastante sensacionalista, tanto en el tÃtulo como en la puesta en escena, la exposición que se actualiza con nuevas obras semanalmente y permanecerá abierta durante un año, se divide en diez temas, diez mesas de trabajo distribuidas en un viejo almacén que recuerdan más bien a una investigación policial que a un museo. EfÃmeras, transitorias, perdidas, destruidas, rechazadas o eliminadas son algunas de las 10 categorÃas bajo las que la comisaria a estructurado la investigación de archivo. Cada obra recuperada cuenta con un ensayo y en algunos casos una recopilación de material relacionado encontrado en la red (vÃdeos de youtube, artÃculos, etc.).
Alfred Stieglitz, Fountain by R. Mutt, 1917. Foto: http://galleryoflostart.com/ |
Francis Picabia, Les Yeux Chauds, 1921. Foto: http://galleryoflostart.com/ |
Joseph Beuys, Felt Suit, 1970. Foto: http://galleryoflostart.com/ |
Ahora bien, la naturaleza efÃmera de la obra de arte entra en tensión con la función del museo en sÃ, en el sentido de que una institución que existe para preservar y conservar difÃcilmente asumirá la naturaleza efÃmera de éste, algo que se percibe en el caso del traje de fieltro de Joseph Beuys, objeto que nació para una performance y que más tarde el marchante de Beuys reprodujo en una edición de 100, de la cual la Tate conserva la edición 45. Esta pieza no puede exhibirse puesto que las polillas la han destruido tanto a nivel fÃsico como conceptual, aún asÃ, el museo la conserva a la espera de que en un futuro un nuevo sistema de restauración permita devolverle su significado original. A este punto nos preguntamos si de haber estado vivo Joseph Beuys, serÃa lÃcito tirar el original y hacer una reproducción de la obra o bien asumir su pérdida fÃsica, pensemos que Marcel Duchamp sà permitió las reproducciones de su Fuente allá en los años cincuenta, tal vez por motivos comerciales pero también, porque al no hacerlo hubiese defendido de forma indirecta la idea de unicidad y originalidad de la obra de arte que habÃa contribuido a poner en duda.
Tracey Emin, Everyone I Have Ever Slept With 1963-1995, 1995. Foto: http://galleryoflostart.com/ |
FotografÃa de Joan Miró pintando El Segador, 1937. Foto: http://galleryoflostart.com/ |
Graham Sutherland, Portait of Sir Winston Churchill, 1954. Foto: http://galleryoflostart.com/ |
Gallery of Lost Art
Tate: http://galleryoflostart.com
@GalleryLostArt
Hasta Agosto del 2013
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