Gerhard Richter, Panorama en la Tate

Cuando empecé a interesarme por el arte contemporáneo y trataba de formarme leyendo esos libros de Taschen con mucha foto, poco texto y una selección más que centralista de aquellos artistas que cortan el bacalao en el arte (entendiendo por centralismo a los países occidentales con una próspera economía), nunca conseguía ubicar la obra de Gerhard Richter (Dresden, 1932), o bien pantones de colores a caballo  entre el Pop y el Minimalismo, retratos trémulos que desafían la fotografía o Vanitas contemporáneas ¿en qué quedamos? Pues en una indefinición de estilo o forma: polimorfismo a la Richteriana.

Gerhard Richter, Candle, 1982 Foto: © 2011 Gerhard Richter

Para tratar de sacar el agua clara visité hace unas semanas la exposición Panorama comisariada por Nicholas Serota y Mark Godfrey en la Tate Modern. Ya su título deja entrever que se trata de una retrospectiva exhaustiva de la obra del pintor, exhaustiva sí,  y extensísima, catorce salas llenas de obras del artista que recorren la polifonía de su estilo. 
Cuestionar los límites y las posibilidades de la pintura, retarla como medio de expresión y representación es lo que identifica y categoriza la obra de Gerhard Richter, y nada más, a partir de aquí toda posibilidad de experimentación es poca.

Gerhard Richter, Ema (Nude on a staircase) 1966. Foto: © 2011 Gerhard Richter
Gerhard Richter, Green Field, 1969. Foto: © 2011 Gerhard Richter

De forma cronológica las salas muestran una narración discontinua del estilo de la obra del pintor. El papel de la fotografía y los primeros tanteos con una de las pocas cosas que sí son marca de la casa y lo representan: la pincelada trémula y vibrante presente tanto en su obra figurativa como abstracta. No faltan Duchamp, el Minimalismo, lo monócromo, lo polícromo, los paisajes bellísimos e impactantes, los episodios históricos, las famosas velas que reinterpretan el tema de las Vanitas del barroco, la abstracción... Abrumada ante tal despliegue me asaltó la duda: este hombre o bien es un crack o nos toma el pelo, en un paralelismo muy poco ortodoxo os diré que Gerhard Richter es a la pintura lo que Kubrick al cine, da igual si es una de romanos o de ciencia ficción, todo le sale bien.

Gerhard Richter, 256 colours, 1976. Foto: © 2011 Gerhard Richter
Gerhard Richter, Wald 3, 1990, © 2011 Gerhard Richter Foto: Tate Modern

Tal vez la obra que más me hizo entender su gran capacidad de análisis del medio pictórico fue la pieza Halifax de 1978. Habituado a trabajar con fotografías, en esta obra Richter subvierte el orden y toma una pequeña pintura abstracta y la fotografía desde múltiples ángulos y planos cortos en blanco y negro, revelando formas de ver distintas, y mostrando cualidades paisajísticas en sus pinceladas, un verdadero homenaje voyeurístico al medio. Richter suele decir que pintar es una forma distinta de pensar, si esto es así, su obra es una muestra del pensamiento entorno a este medio


Gerhard Richter, 4 panels of Glass, 1967. Foto: © 2011 Gerhard Richter
Gerhard Richter, Halifax, 1978. Foto: © 2011 Gerhard Richter
La pintura ha pasado en estos últimos cuarenta años de historia por fases donde se sentenciaba su continuidad, la obra de Richter es una demostración de que junto con el hecho de ser  un medio muy rentable (un cuadro es más fácil de vender que una instalación y si no consultad los resultados de sus obras en subastas) puede ser campo para la experimentación, al menos para la poca que haya dejado sin explorar.

Camila y el Arte

3 comentarios:

  1. Hola, me parece muy interesante la forma de plantear tu artículo. Me quedo con tu última frase "puede ser campo para la experimentación" y remarco que la pintura, debe ser campo para la experimentación pues siempre (tal y como demuestra Richter con su polifacetismo) habrá algo nuevo que encontrar. Para encontrar, hay que buscar y experimentar ... pero añadiría que la clave es hacerlo con "compromiso" pues no todo vale.

    Gracias y un saludo

    Antonio Basso
    www.yasoypintor.com

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  2. Hola Antonio,

    gracias por tu aportación, creo verdaderamente que el trabajo de un artista es el de experimentar y investigar, independientemente del medio que use, y sí lo que comentas sobre el compromiso me imagino que es fundamental.
    Le he echado un ojo a tu obra y alguna pieza me ha hecho recordar la obra de un artista italiano no muy conocido por aquí, Mario Nigro, que investigó a lo largo de carrera el concepto de espacio a través de la abstracción, te paso un link para que conozcas su obra:

    http://www.aarteinvernizzi.it/aarte_ita_art.htm

    Un saludo y hasta la próxima!

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  3. Hola Camila, vuelvo a intentarlo por 3ª vez pues no me dejaba comentar :)

    He estado viendo la obra de Mario Nigro. La verdad es que tienes razón. ¿Debíamos pensar en lo mismo? . Es curioso ¿verdad?. Alguna de sus obras me recuerdan el Opt Art (que creo fue posterior) y no sé exactamente pq pero también al minimalismo americano. La verdad que es interesante.
    En mis últimos trabajos, los que llamo Ataduras, también he tenido reflexiones internas sobre el espacio. Cuando cruzo el soporte con las cuerdas, aparecen nuevos espacios que alteran el que había. Es sólo una reflexión fruto de la observación que le dá un toque de intriga y misticismo a la obra y que aún no sé bien bien donde me llevará.

    Muchas gracias por tu consejo y de nuevo felicidades por lo que haces.

    Antonio Basso
    www.yasoypintor.com

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