Move on Asia. The end of Video Art (2001-2010)


La tradición del uso del videoarte en Asia arranca de su figura fundadora, Nam June Paik, nacido en Seúl, Corea en 1932 . El lenguaje del videoarte se ha venido desarrollando desde entonces a ritmos desiguales según las circunstancias políticas y sociales de cada uno de sus países, siendo Corea y Japón los principales focos de experimentación de este medio y en tiempos más recientes China y India (siempre la coincidencia del auge de una economía con el desarrollo de sus expresiones artísticas...).

Vista de la exposición en la Casa Asia, Foto: Camilayelarte

Move on Asia. The End of Video Art en muestra en la Casa Asia de Barcelona pretende ser un recopilatorio de la producción de videoarte de la última década en Asia. El proyecto se ha llevado a cabo en colaboración con la Gallery Loop de Seúl dirigida por Jinsuk Suh, un espacio de exhibición altermativo en la capital coreana que lleva desde 2004 a 2010 comisariando exposiciones que recogen lo más interesante de la producción de videoarte de países como India, China, Japón, Indonesia, Taiwan Australia y Corea.



La exposición recoge a modo cronológico la obra de 100 artistas asiáticos desde 2001 hasta 2010. Si pensamos en la longitud que en líneas generales tienen las obras de videoarte nos podemos hacer una idea de la de horas que uno se puede pasar descubriendo nuevos modos de ver en las comodísimas salas de la Casa Asia. Es una exposición que se puede repetir tantas veces como uno quiera sin miedo a repetir la experiencia. El planteamiento entronca con lo que en el último año nos hemos encontrado con las exposiciones del MACBA y CCCB respectivamente y que ya comenté en un post de hace unos meses.

 


En cuanto a las obras en sí, destaca la heterogeneidad de las propuestas totalmente experimentales y individuales, sin posibilidad de trazar una línea temática concreta. Es un popurrí de lo mejor que se ha hecho por el continente asiático, difícil de analizar a nivel crítico si no se tiene un conocimiento previo de la obra de sus artistas. Lo mejor es dejarse llevar y sorprenderse por propuestas tan Kitsch como la de Anggun Priambodo en Sinema Electronic.


Lo mejor: Que una propuesta de estas características tenga lugar en un espacio expositivo gratuito, necesario teniendo en cuenta la magnitud de material que propone.

Lo peor: Lo difícil que es abarcarlo todo.

Camila y el Arte

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