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Trabajadores en el Milán de los años cincuenta. 1953-54. Foto: Ugo Mulas |
A finales de los años cincuenta tiene lugar el milagro económico italiano, gracias al desarrollo industrial del norte, con Milán a la cabeza, Italia consigue meterse entre el privilegiado grupo de los paÃses más industrializados del mundo.
Nace una sociedad de consumo dispuesta a gastar su dinero en materias de segunda necesidad. Esta
coyuntura económica y social son el escenario perfecto para el desarrollo de una vida cultural efervescente que verá nacer nuevos lenguajes artÃsticos. Dos figuras son imprescindibles para el desarrollo del arte italiano de este momento, los dos artistas que vertebran la primera parte de la exposición:
Lucio Fontana y Piero Manzoni.
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Lucio Fontana, Concetto Spaziale, 1961. |
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Lucio Fontana agujereando la XIII Triennale di Milano. 1964. Foto: Publifoto/Olycom |
Lucio Fontana es el sÃmbolo del Milán de los años cincuenta, con sus cortes en la tela
inaugura una nueva concepción del espacio y por extensión de la pintura, se abre el camino hacia lo concreto y lo esencial. La ciudad Lombarda se convierte en un auténtico laboratorio artÃstico donde tienen lugar nuevos experimentos visuales que
buscan la superación del informalismo y el subjetivismo.
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Piero Manzoni. Milán 1958-59. Foto: Ugo Mulas |
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Piero Manzoni, Achrome, 1958-59. |
Piero Manzoni desarrolla sus actividades en la revista Azimuth y la GalerÃa, casi del mismo nombre, Azimut, pero también
trabaja en estrecha colaboración con otro grupo europeo que está revolucionando el lenguaje artÃstico, el
Grupo Zero en Düsseldorf. Bajo su personalidad se forman numerosos artistas que revolucionan el arte:
monocromia, objetividad y objetualidad pasan a ser los nuevos términos para expresar la nueva corriente estética.
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Getulio Alviani, Superficie a testura vibratile, años sesenta. |
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Mario Nigro, Dallo Spazio totale: progressioni ritmiche simulatanee opposte, 1966. Foto: Bruno Bani |
La exposición expresa muy bien el
importantÃsimo papel que las galerÃas italianas tuvieron en el desarrollo del arte de esta época. No únicamente por dar visibilidad a proyectos totalmente experimentales para la época, sino también
por saber crear un diálogo con artistas internacionales y luchar por la implantación del coleccionismo de arte contemporáneo entre la sociedad italiana.
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Carlo Cardazzo en la Galleria del Naviglio, Milán final años cincuenta | |
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Spazio Elastico de Giaani Colombo en Studio Marconi 1967-68 |
Studio Marconi en Milán asà como la
Galleria del Naviglio de Carlo Cardazzo son dos de las principales galerÃas del momento. Otra figura importantÃsima para comprender la internacionalización del arte italiano del momento es la de
Pierre Restany, crÃtico francés y padre teórico del
Nouveau Réalisme. Es precisamente en Milán donde Restany acuña el nombre para describir la obra de Yves Klein, Armand, Cesar entre otros. Más tarde se añadarÃan Mimmo Rotella y Niki de Saint Phalle.
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Yves Klein, IKB 103, 1956, Museo Colecçao Berardo, Lisboa. |
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Gianni Colombo, Cromostruttura, 1961. Foto: Gianni Ummarino |
Si bien Milán representa la avanguardia y el nexo de unión con las formas artÃsticas del norte de Europa,
Roma se presenta en esta exposción como interlocutor directo con el Pop Art americano. Esta influencia está expresada en la exposición con las obras de Mario Schifano y Mimmo Rotella.
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Mimmo Rotella, Aranciata con gli occhiali, 1966. Foto: Galleria Spirale |
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Mario Schifano, Tuttestelle, 1967 |
La internacionalidad de la oferta artÃstica de ese perÃodo se muestra con los proyectos que artistas como Christo&Jeanne Claude llevaron a cabo en Milán, con el empaquetamiento de la escultura de Vittorio Emanuele en Piazza Duomo o la exposición dedicada a Man Ray en Studio Marconi.
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Christo, Impacchetamento del monumento a Vittorio Emanuele II, Piazza Duomo, 24 de noviembre 1970. |
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Sergio Lombardo, I Vip, 1962. Foto: Giorgio Benni |
Debo reconocer que recorriendo las salas de la exposición sentà algo de
envidia al comparar la situación italiana de los sesenta con la de la España de la misma época. Al salir intenté pensar en cómo quedarÃa si trasladáramos el mismo discurso expositivo a nuestro paÃs y comprendà cuán profundamente era la diferencia en España debido a la situación polÃtica y económica.
Gli indimeticabili anni '60 no es solo un placer para los sentidos sino un
interesante ejercicio de análisis de la interrelación del Arte con el contexto socio-económico.
La cultura es resultado de una estructura profundamente compleja que bien analizada nos ayuda a comprender qué fuimos, qué somos y qué podrÃamos ser.
Lo mejor: Lo bien transmitida que está la sensación de efervescencia cultural tan propia de los sesenta.
La atención a la interrelación entre artistas y galerÃas, entendido como un todo
. El catálogo.
Lo peor: Que no te dejan hacer fotos. La primera parte de la exposición, Milán, Fontana, Azimuth etc., está mejor explicada que la parte que recoge la "internacionalidad" de las exposiciones en Italia.